Por Robert VargasCon el cierre por el Ministerio Público del portal El Siglo 21, los periodistas hemos recibido una formidable lección de valor incalculable.
Lo más seguro es que esa no fuera la intención de los funcionarios estatales quienes, respaldos por tropas de elite de la Policía, penetraron al local del periódico y, simplemente, desconectaron el servidor.
Esa simple acción, "desconectar el servidor" donde está alojado el periódico digital fue suficiente para sacarlo de la red.Fue uno de los ejecutivos del medio, Radhamés Gómez Sánchez, su director, quien le narró a los reporteros lo que hicieron los funcionarios.
Fue algo similar a aquellos tiempos de los gobiernos del dictador ilustrado Joaquín Balaguer, cuando al ordenar el cierre de una emisora, bastaba con que cualquiera llegara y se llevara "los cristales".
Pero, ¿cuál es la gran enseñanza de la acción ejecutada hoy por quienes allanaron el periódico?
Mi primera deducción, o lección, es que se debe evitar tener el periódico instalado en un servidor dentro del territorio nacional al alcance de cualquiera.
Por ejemplo, en República Dominicana hay decenas o cientos de emprendedores que tienen sus portales instalados en servidores en los Estados Unidos, Iglaterra, Francia, España, Rusia, Italia o cualquier otro país.
Si están fuera de República Dominicana, ningún funcionario ni policía podría acceder a "desconectarlo".
Siendo así, podrían requisar las instalaciones y hasta llevarse los ordenadores, pero el personal periodístico, incluidos redactores, fotógrafos y editores de video podrían continuar su trabajo desde sus respectivas viviendas, cualquier oficina o, simplemente, desde un cibercafé, o su tableta preferida.
Y, si no pudieran hacerlo desde el territorio nacional por motivos de persecuciones de tipo político, bien podrían actualizarlos desde cualquier parte del mundo (esto en un caso extremo).
Basta con que el personal autorizado tenga acceso a las claves correspondientes.
Otra enseñanza es que quienes mantienen portales que publican materiales eventualmente sensibles que podrían convertirlos en blanco de la represión oficial, instalen copias de su portal en hosting instalados en distintos países y así, una vez desconectado o destruido el que esté en el territorio nacional, se establece una redirección hacia donde esté alojada la copia.
Así, el portal continúa en línea.Son lecciones que les agradecemos a quienes "desconectaron el servidor" de El Siglo 21.
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