Johnny Alberto Salazar
NAGUA.-Belisario Martínez, actuó justamente como muchos esperaban, como todo un judas que traiciono a quien decía defender y hasta le dio de comer.
Se trata del suplente del regidor Johnny Alberto Salazar, quien no obstante comprometerse ante un grupo encabezado por el dirigente nacional del Partido Revolucionario Social Demócrata Luis Felipe Cartagena, a no ocupar un sitio que no le corresponda, hizo todo lo contrario.
Pasaron poco más de 24 horas para que fuera materializada la traición.
El jueves 25 del presente mes de agosto traiciono sus propias palabras pronunciadas, además ante Luis Felipe, también ante Napole Jiminian, Enriquillo Rojas, Alex y los abogados Julián Mateo y Juan Pérez y Pérez.
La sesión del jueves 25 estaba pautada para las 3:30 de la tarde, pero antes de la hora Belisario había llegado.
Durante un año no fue capaz de acercarse a menos que no fuera a buscar cosas para su beneficio personal.
Nunca se le ocurrió participar en las múltiples actividades que desarrollo el Movimiento Se Puede-PRSD, a lo largo del periodo 16 de agosto 2010-2011.
Eso sí, que su cara era de mucha preocupación.
No digo que es un desvergonzado porque a decir verdad no tiene sentido ni siquiera ese calificativo para un descarado, que ha sido el único que en términos inmediato ha recibido beneficios de esta regiduría.
Pero eso, es bueno que ocurra porque así bien a tiempo se conoce a cada quien.
Junto a él han estado otros que en principio estuvieron bien de cerca del ingeniero Napole Jiminian, haciéndoles creer que les eran fieles.
Tanto Napole como yo, nos hemos convencido de quien es quien y confiamos en que hay un pueblo y un Dios que sabrán ponerlas cada cosa en su lugar y sabrán cobrar cuando lo entiendan de lugar.
Belisario Martínez, durante la asamblea del Concejo de Regidores no encontraba como poner la cara. Se le veía mucha preocupación.
Parece que recordó todo lo que le dijimos en la residencia de Luis Felipe Cartagena.
De todas maneras, yo digo que bueno que fue ahora que confirmo hasta donde llega su mediocridad.
Que Dios se lo multiplique.
