Santo Domingo Este.- Anthony Emilio Ovalles, de 23 años, dormía tranquilamente el miercoles en la madrugada en su vivienda del barrio Cancino Adentro cuando varios delincuentes penetraron para robarle. Atacaron sexualmente a su esposa y a él lo mataron de tres balazos.
Los delincuentes escaparon del lugar llevándose una computadora, según comentan los vecinos.
La esposa, que estaba embarazada, tuvo un aborto y esta mañana, se unió a una multitud que metió el cadáver en el ataud, lo cargó sobre sus hombros y, llena de furia, caminaron con el difunto a lo largo del barrio Cancino Adentro, siguieron hasta la avenida Charles de Gaulle y tomaron rumbo a la Fiscalía.
Cuando llegaron al edificio donde estaba el Fiscal Perfecto Acosta se dirigieron hacia la puerta de acceso con el cadáver en hombros. Pretendían llevárselo hasta el mismo despacho de Perfecto Acosta.
Le llevaban la víctima, el cadáver. Junto al féretro una multitud de hombres y mujeres, jóvenes y adultos, gritaban: - "¡Queremos justicia! "¡Queremos justicia!".
De momento cambiaban y gritaban con más fuerza: -"¡Que salga Perfecto! ¡Que salga Perfecto!". Se referían al magistrado procurador Fiscal de la Provincia Santo Domingo, quien no se animó a satisfacer el pedido. Se quedó metido en su oficina con aire acondicionado, mientras un cordon policial cerraba el paso a los dolientes.
Dos parientes de Ovalles fueron llevados hasta el despacho del funcionario, quien les dijo que investigaría el caso y se dedicó a dar una breve charla sobre prevención de la delincuencia.
El tiempo corría. Fuera, los ánimos se alteraban y algunos comenzaron a recolectar neumáticos para hacer una hoguera en las mismas puertas del Palacio de Justicia. En pocos minutos, llegaron policías en abundancia.
La ira de la multitud aumentaba y estaba dispuesta a enfrentar a la misma policía que, aseguran, no combate a la delincuencia. El coronel Ludwig Suardí, Director de la Policía en Santo Domingo Oriental, se colocó al frente de la "operación despeje".
Cientos de vehículos estaban atascados. Los tres carriles de la vía estaban ocupados por vehículos cedidos por la Ruta 40, de Fenatrano, para transportar a los vecinos hacia el cementerio. Junto a ellos participaba un vecino que aportó su todoterreno. Este hombre estaba furioso. Dispuesto a que lo mataran.
Estaba harto de la delincuencia y de la indiferencia policial frente a los delincuentes. El coronel Suardí se dirigió directamente hacia este hombre para reclamarle que quitara el vehículo de la vía. Se lo ordenó en tono imperativo. El hombre miró al oficial a la cara, directamente y ni siquiera se inmutó.
Era como diciéndole: -"¡Haz loq que te de la gana, ven quítalo tú!". Suardí se percató de que la situación podía pasar a peor y cambió hacia el otro chofer, uno de la Ruta 40, de Fenetrano, y le dijo lo mismo, No le hizo caso. Entonces, inteligentemente, se dirigió hacia donde estaba el cadáver. la furia de la multitud aumentaba. -"¡Que salga Perfecto! ¡Que salga Perfecto!". Seguía gritando la multitud. Perfecto no salió nunca.
A su despacho penetró la diputada Sonya de Romero y su esposo Julio Romero, que fueron a solidarizarse con los parientes de la víctima y con el vecindario.
Fuera, algunos policías empuñaron pístolas al parecer, con la intención de usarlas contra quienes reclamaban justicia. Parece que a algunos policías se le sube la adrenalina.
La calma de Suardí persuadió a los subalternos de calmar los ánimos.
Los oficiales de puesto en el Palacio de Justicia amenazaban con usar la fuerza. Ya no querían tener más ese cadáver a menos de dos metros de la entrada de acceso al edificio, camino del depsacho del Fiscal. -"¡Que salga Perfecto! ¡Que salga Perfecto!". Perfecto no salió. De repente, junto a la puerta, se colocó la viuda. -
"No nos iremos hasta que salga Perfecto. ¡Queremos justicia!", gritó ella. -"Es verdad, no nos vamos de aquí hasta que salga Perfecto.
A ella la violaron y por eso tuvo un aborto y, además le mataron a su ´marío´que estaba junto a ella", dijo una participante en la protesta que estaba furiosa, como otras mujeres.
De lo que se trata es de que Cancino Adentro es tierra de nadie, dominada por la delincuencia y la criminalidad. Durante la protesta los vecinos comentaban que las violaciones y los asesinatos son frecuentes en Cancino Adentro.
Por eso, la gente se está organizando en patrullas ciudadanas, ellos solos, sin contar con la policía ni con la fiscalía. realizan labores de patrulla de madrugada y, al primer delincuente que atrapen, lo van a linchar. Así lo dijeron.
De su lado, Suardí anunció que "cambié la dotación completa y he aumentado las patrullas".
La gente no cree que, realmente, quiera combatir la delincuencia en Cancino Adentro, un lugar dominado por ladrones, asesinos, violadores sexuales y traficantes de droga.