Fuente: Ciudadoriental.com
Santo Domingo Este.- El acto de rebeldía del diputado Juan Hubieres al devolver a la Cámara de Diputados un millón 200 mil pesos, 430 mil de ellos en bonos para gastarlos en las empresas del poderoso Grupo Ramos revelan un detalle interesante: el Congreso Nacional es enemigo de las pequeñas empresas, de los supermercados y de los colmados de los barrios.
Ocurre que, según las fotos de los bonos que nos enviaron, todos tienen los logos correspondientes de La Sirena y del Grupo Ramos.
Esto significa que que esa empresa será la beneficiada con la operación en detrimento de miles de colmaderos y supermercados de los barrios.
Aceptemos por un momento que la distribución de esos bonos es "correcta".
Si así fuera, ¿Porqué no los hacen pagaderos al portador?
Si así fuera, entonces los beneficiarios podrían ir al colmado de la esquina o al supermercado de la UNASE, o donde el vendedor de frutas y golosinas que coloca su negocio allí y, comprarle las mercancías.
Así, ese dinero pasaría de mano en mano y dinamizaría el comercio.
Pero no, la Cámara de Diputados prefiere favorecer únicamente al Grupo Ramos, vale decir a La Sirena y otros del mismo sector, lo que implica un desprecio por las pequeñas y medianas empresas por parte de la Cámara de Diputados.
Es muy distinto de lo que hace el regidor Jhonny Alberto Salazar, en Nagua, que reparte la mitad de su sueldo, convertido en bonos, entre vecinos que deben gastarlos en colmados de la comunidad.
La conducta de la Cámara de Diputados al respecto demuestra su desprecio por los colmaderos, por los pequeños negocios de los barrios y su postración ante los poderosos.
Solo le interesa el progreso de los grandes, entre estos, La Sirena, quienes serán los grandes beneficiados. Para los demás que tienen pequeños negocios, nada.
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