Johnny Alberto Salazar
NAGUA.-Por muchos años en coordinación con el Movimiento SE PUEDE que dirige el Padre Rogelio Cruz, y la emisora Vida FM 90.1, he participado en la coordinación de actividades de solidaridad con motivote fin de año.
Y lo hacemos con mucho gusto porque cuando hemos logrado cambiar la cara de angustia por momentos de felicidad a niños o a nuestros viejitos, yo por mi parte siento que se me multiplica la esperanza de ver un pueblo solidario.
Hace tan solo unos días participe en una reunión con el pastor Braulio Ferreras y un grupo de amigos integrantes del SE PUEDE con el fin de planificar una serie de actividades para recaudar fondos que sirvan para comprar un pedazo de pan, una manzana o algún juguete, con lo que podamos agradar a cientos de niños y niñas del empobrecido sector de Río Mar.
Además del pastor Braulio, participaron Zoraida Espinal, Carmen Martínez, Moreno Burgos, Neris de Aza, Tomas Mosquea, Antonia López, Isaías Javier y Yomali Pichardo, entre otros.
Surgieron muchas ideas para recaudar los fondos y por ejemplo: propuse que hiciéramos un viaje al estadio Julián Javier de San Francisco de Macorís para que al tiempo de lograr fondos, enseñáramos a los pequeños como es este lugar y tengan la experiencia de conocer en personas a los peloteros del béisbol profesional dominicano.
A todos les pareció muy bien, pero una señora de la Iglesia Evangélica que pastorea Braulio, propuso que como no teníamos de nada, comencemos con la venta de un arroz con dulce.
Pues eso aprobamos para este domingo a partir de las 2 de la tarde.
De inmediato nos repartimos los aportes y entre todos hemos puesto desde el arroz, la lecha, los platos y cucharas y hasta los cocos a fin de darle un toque bien sabroso.
El caso es que aunque no imagine que volvería a aquella época de niño de cuando tenia una caja para limpiar zapatos, o cuando vendía cosas por las calles para ayudar a la familia y comprarme los útiles de la escuela, esta vez lo hago con gusto porque sin dudas ayudare a cambiar la cara a los niños y niñas de uno de los barrios de mi pueblo, en donde los políticos sinvergüenzas, dicen que estos son “el futuro de la patria”.
Este sábado por la mañana al momento que escribo estos párrafos, ya se muchos de ustedes me acompañaran para también convertirse en vendedores al igual que yo.
O en cambio si es que por alguna causa no quieren o no pueden, por lo menos puedan comprar un arroz, el que solamente costara 10 pesos.
Es que hemos fijado para el 18 de diciembre la cena por la solidaridad con los niños y niñas de Río Mar y la verdad es que no quiero que se quede uno solo sin una manzana, un juguete o al menos un pedazo de pan.
Y como saben, no estamos en tiempo de campaña política y por lo tanto ninguno de los que perdieron o ganaron se acordaran de aquellos a quienes han metido a vivir a la orilla de ríos o cañadas.
Finalmente quiero pedir a cada lector de Vidadominicana.com, que si creen que esto es bueno, que pidan en oración a Dios, que todo se pueda multiplicar para que permita continuar con algo similar en otros barrios de mis pueblos, en donde como dice la canción “también se dan las flores de alma limpia y pura”.
NAGUA.-Por muchos años en coordinación con el Movimiento SE PUEDE que dirige el Padre Rogelio Cruz, y la emisora Vida FM 90.1, he participado en la coordinación de actividades de solidaridad con motivote fin de año.
Y lo hacemos con mucho gusto porque cuando hemos logrado cambiar la cara de angustia por momentos de felicidad a niños o a nuestros viejitos, yo por mi parte siento que se me multiplica la esperanza de ver un pueblo solidario.
Hace tan solo unos días participe en una reunión con el pastor Braulio Ferreras y un grupo de amigos integrantes del SE PUEDE con el fin de planificar una serie de actividades para recaudar fondos que sirvan para comprar un pedazo de pan, una manzana o algún juguete, con lo que podamos agradar a cientos de niños y niñas del empobrecido sector de Río Mar.
Además del pastor Braulio, participaron Zoraida Espinal, Carmen Martínez, Moreno Burgos, Neris de Aza, Tomas Mosquea, Antonia López, Isaías Javier y Yomali Pichardo, entre otros.
Surgieron muchas ideas para recaudar los fondos y por ejemplo: propuse que hiciéramos un viaje al estadio Julián Javier de San Francisco de Macorís para que al tiempo de lograr fondos, enseñáramos a los pequeños como es este lugar y tengan la experiencia de conocer en personas a los peloteros del béisbol profesional dominicano.
A todos les pareció muy bien, pero una señora de la Iglesia Evangélica que pastorea Braulio, propuso que como no teníamos de nada, comencemos con la venta de un arroz con dulce.
Pues eso aprobamos para este domingo a partir de las 2 de la tarde.
De inmediato nos repartimos los aportes y entre todos hemos puesto desde el arroz, la lecha, los platos y cucharas y hasta los cocos a fin de darle un toque bien sabroso.
El caso es que aunque no imagine que volvería a aquella época de niño de cuando tenia una caja para limpiar zapatos, o cuando vendía cosas por las calles para ayudar a la familia y comprarme los útiles de la escuela, esta vez lo hago con gusto porque sin dudas ayudare a cambiar la cara a los niños y niñas de uno de los barrios de mi pueblo, en donde los políticos sinvergüenzas, dicen que estos son “el futuro de la patria”.
Este sábado por la mañana al momento que escribo estos párrafos, ya se muchos de ustedes me acompañaran para también convertirse en vendedores al igual que yo.
O en cambio si es que por alguna causa no quieren o no pueden, por lo menos puedan comprar un arroz, el que solamente costara 10 pesos.
Es que hemos fijado para el 18 de diciembre la cena por la solidaridad con los niños y niñas de Río Mar y la verdad es que no quiero que se quede uno solo sin una manzana, un juguete o al menos un pedazo de pan.
Y como saben, no estamos en tiempo de campaña política y por lo tanto ninguno de los que perdieron o ganaron se acordaran de aquellos a quienes han metido a vivir a la orilla de ríos o cañadas.
Finalmente quiero pedir a cada lector de Vidadominicana.com, que si creen que esto es bueno, que pidan en oración a Dios, que todo se pueda multiplicar para que permita continuar con algo similar en otros barrios de mis pueblos, en donde como dice la canción “también se dan las flores de alma limpia y pura”.