Por: ISABEL EMILIA (PATRICIA) ARACHE SEGURA“Sentí odio cuando vi cómo daban a mi madre 99 latigazos”
(Sajad Ashtianí, 22 años de edad, hijo mayor de Sakineh.3.09.10)
Siempre he creído y defendido las esencias culturales de cualquier sociedad, pero también, reflexiono y pongo en primer orden la primacía de la vida, de la existencia humana por sobre todas las cosas.
Por eso, rechazo tajantemente la pena de muerte, no importa la gravedad de la violación o el crimen.
La vida es un bien personal, de carácter universal, sobre el cual nadie –excepto uno mismo- tiene el derecho de administrar.
Lo que ocurre en Irán es grave. Allí, la vida vale nada. Aún menos, la de las mujeres.
Es vergonzoso que en pleno siglo XXI estemos asistiendo a actos de barbarie tan abominables como el que condena a la lapidación a una mujer porque supues
tamente ha incurrido en adulterio o ha sido cómplice del asesinato de su marido. No, no y no. ¡Basta ya!
tamente ha incurrido en adulterio o ha sido cómplice del asesinato de su marido. No, no y no. ¡Basta ya! Es el caso de Sakineh Mohammadi Ashtiani, de 43 años de edad, madre de dos hijos, quien está presa desde 2005.
En mayo de 2006 fue condenada a recibir 99 latigazos por mantener una "relación ilícita" con dos hombres. Con posterioridad, fue declarada culpable de tener una "relación extramatrimonial" y condenada a morir por lapidación.
Ojalá que cada uno de los 99 latigazos que le infligieron a Sakineh Ashtianí se multipliquen por un millón de firmas de gentes del mundo para demandar respeto por su vida y, con la de ella, para todas las iraníes.
Ojalá que las herramientas que nos unen en todo el mundo (facebook y todos los medios de la Internet) constituyan un medio para la salvación de Sakineh.
La familia de esta mujer condenada por la barbarie y el mundo civilizado demostrarían con su salvación que “cuando se quiere, se puede” y que definitivamente, “la unión hace la fuerza”.
¡Hagámosla!
