En la foto: Andrés Terrero el día que denunciaba, en la Catedral Primada de América, la situación de la Cámara de Cuentas que presidía. El 2 de julio se cumplirán dos años.Foto: Derechos Reservados.
El próximo viernes 2 de julio se cumplirán dos años de una intervención ante el Senado de la República, con todos los ribetes de juicio político, en un acontecimiento que me permito reivindicar.
Hoy me permito regodearme en el ejemplo que me ofrece un amigo. Un ejemplo que, pasado el tiempo, la gente ha olvidado. Hablo de un hombre serio: Andrés Terrero.
El próximo 2 de julio se cumplirán dos años de su comparecencia ante el Senado de la República, una de las pocas que me ha impresionado.
Era un juicio político a la Cámara de Cuentas que él presidía y que ha tenido enormes beneficios y experiencias para el país.
Sin embargo el aspecto que más me interesa, es el valor con que enfrentó la circunstancia y la presencia de ánimo con que se presentó. Ver a Andrés Terrero con el valor con que se enfrentó a aquel juicio político, la coherencia de los datos que ofreció y la fortaleza de su ejemplo, me resultó una experiencia inolvidable.
Andrés Terrero fue la persona que denunció lo que ocurría al interior de la Cámara de Cuentas. Lo hizo en un discurso en la Catedral Primada de América, pieza de oratoria que queda para la historia.
El asunto que se desarrollaba en la Cámara de Cuentas se dio a conocer por Andrés Terrero quien habló desde púlpito de la Catedral.
El templo estaba repleto y encabezado por el Juez Presidente de la Suprema Corte de Justicia, doctor Jorge Subero Issa,, los principales jueces de la Junta Central Electoral: Roberto rosario, doctora Aura Celeste Fernández, congresistas y funcionarios públicos civiles y militares y muchas personalidades importantes de la vida privada.
El conflicto fue denunciado por Terrero tras lo cual se movilizaron los resortes del control público y la Cámara de Cuentas.
Tras las indagaciones Terrero salió sin el cargo pero con la frente en alto y por la puerta ancha. No tiene nada de que arrepentirse.
No se le acusó de nada en el plano penal. El enfrentó impertérrito e inalterable 18 meses de debates y enfrentamientos que provocó la crisis. Y finalmente dio la cara al país desde El Senado.
El veredicto final del Senado lo removió del cargo pero el acontecimiento tuvo positivas consecuencias para el país: En la nueva Constitución se redujo el número de miembros de 9 a 5; La Cámara de Cuentas es ahora más vigilada que antes, Sus auditores, por la relevancia que se develó a partir de este conflicto, están más supervisados y ellos mismos tienen conciencia de mantener una actitud profesional y ética en sus funciones. Son infinitas las tentaciones que operan sobre un auditor para que cambie sus observaciones o deje de “ver” lo que está a la vista. Ese juicio político sirvió de mucho.
Terrero se negó a disfrutar el aumento de sueldo desproporcionado que se realizó en su gestión, contra su voluntad. Entendía que ese incremento salarial era un abuso para el país.
Ese aumento salarial que se hizo en Enero 2007 a menos de un mes de haber ingresado y que se limitó a depositar, sin tocarlos, esos fondos en su cuenta y no los tocó y lo devolvió en agosto de 2007 bajo certificación a la nueva presidenta la suma $944,530.00 la doctora Licelott Marte de Barrios . Fue el único que adoptó esa actitud.
Andrés Terrero no hizo nombrar a ningún o allegado en la nómina de la Cámara de Cuentas. Se negó al nepotismo. ¿Cuántos pueden decir lo mismo? En el informe que hizo la Comisión Especial de la Cámara de Diputados no se le acusó de ningún hecho y se le imputó “falta de liderazgo”.
Se le imputó una condición que era mermada por las deliberaciones en un organismo en el cual era un voto. Muchas de las decisiones que se adoptaron, se establecieron por voto “democrático”.
Andrés Terrero estaba aislado. lo cual es imposible determinar en una entidad colegiada en donde las decisiones se toman por mayoría de sus miembros.
Creo que, a dos años de los hechos, el país debe mirar con una actitud sosegada la actitud de Andrés Terrero. Pienso que es el tiempo de reivindicar socialmente a Andrés Terrero.