La despedida de los sacerdotes Eligio y Rigoberto en la parroquia Divino Niño fue desarrollada en lágrimas y risas.Se despidieron de una de sus casas. La misma que un día por la parte trasera era nada más y nada menos el lugar más famoso para prostitutas.
A aquel lugar le decían “La Rubia”.
Parece que el milagro de Dios se hizo realidad y este lugar se ha consolidado como el principal santuario de adoración a Dios.
Johnny Alberto Salazar
NAGUA.-El pasado lunes 1 de septiembre, quedara marcado en el corazón de cientos de personas que abarrotaron la parroquia Divino Niño Jesús.
Es que este fue el escenario para la que definieron “la ultima misa”, celebrada en conjunto por los sacerdotes Eligio Báez Rondon y Rigoberto Zamora, este ultimo de origen mejicano.
Antes de comenzar la eucaristía, docenas de feligreses admiradores del Padre Eligio, conversaron con El de manera muy animada y muchas veces parecía que tales conversaciones no terminarían.
El padre Eligio fue uno de los sacerdotes, que hicieron mayores esfuerzos por la construcción del citado templo.
Se trata de uno de los lugares tomados para adorar a Dios, el que tiene como entrada nada más y nada menos que un antiguo clausurado centro de prostitucion conocido como “La Rubia”.
En este centro de postitucion casi a diario se registraban pleitos y en múltiples oportunidades, los problemas terminaban con “el juidero de mujeres” en paños menores.
Pero por suerte, los problemas terminaron y ahora todo el entorno es un gran templo de adoración al Divino Niño Jesús.
Pues bien, mejor le sigo contando como estuvo “la ultima misa”.
Eligio, prefirió que el padre Rigoberto tomara la mayor parte, incluyendo las oraciones de sanción.
El se sentó en el centro y cantaba a viva voz, cada tema interpretado por el coro.
Al margen de que canta y que lo hace muy bien, creo que esta vez “estaba cantando por no llorar”.
Es que quizás, no quería despedirse de quienes le acompañaron durante 6 años en la construcción del templo que aun no termina, producto de que falta un desembolso importante del gobierno y porque se han agotado las colaboraciones de la feligresía.
El padre Eligio, pidió a la feligresía llevar en oración a todos los que han colaborado para que se hiciera realidad la Parroquia.
La misa fue celebrada y cuando llego el momento de despedida, el padre Eligio, dijo que seria un hasta luego.
“Estamos obligados a cumplir en mandato de la Iglesia”, dijo Eligio.
“Nos iremos a la parroquia Maria Madre de San Francisco de Macorís y estaremos bien cerquita, así es que no se sorprendan si me ven por aquí algún otro día”.
Muchos fueron con regalos y los entregaron tanto a Eligio como a Rigoberto.
Los abrazos eran interminables.
También hubo poesía, décima y testimonios de gente que como el nombrado Robert Luciano, anunciaron que se retirarían del bajo mundo de la venta de drogas narcóticas.
Que sea el mismo Dios que disponga de lo que en lo adelante tendremos como compromiso.
Que Dios les bendiga a todos.
Terminaron diciendo Eligio y Rigoberto.
