Cortesia de Prensa Latina
SANTO DOMINGO.- Los dolientes carecían de signos de tristeza al entrar en un camposanto del Norte dominicano, del que salían más bien eufóricos y los agentes antidroga comenzaron a sospechar que algo no andaba como debía.
Las suposiciones se concretaron cuando las pesquisas llevaron a la detención de seis expendedores de drogas que operaban en un cementerio de Santiago de los Caballeros (Norte).
Un comunicado de la Comisión Nacional de Control de Drogas (DNCD) dio cuenta del desmantelamiento del macabro puesto de venta, a cuiyos operadores ocupó un kilo y medio de cocaína lista para ser vendida.
De los detenidos cuatro son dominicanos y dos haitianos, estos últimos indocumentados y, al parecer, los proveedores.
En las últimas semanas el gobierno dominicano reforzó la presión sobre el microtráfico de drogas, que califica de peligro para la gobernabilidad, con una reorganización de la actividad de la DNCD que incluyó la sustitución del jefe del ente.
El tráfico de alucinógenos entre Dominicana y Haití, que comparten la isla Española en el Mar Caribe, es una de las jaquecas de las autoridades quisqueyanas que crearon un cuerpo militar especial para limitar el tráfico ilegal de alimentos, mercancías, drogas y armas entre ambos estados.
